domingo, 14 de agosto de 2011

LA MINERIA LOCOMOTORA?


Juan Manuel Santos considera que la minería es una locomotora. Ojo al tren, señor presidente.

La semana de cataclismos económicos -que perjudicará sobre todo a los más pobres, como es de rigor- dejó a Colombia dos noticias, una buena y una mala. La buena: que el precio del oro alcanzó cumbres históricas. La mala: que esta circunstancia acelerará la avidez de las empresas mineras y amenazará aún más el medio ambiente de zonas productoras de ese metal, al que debemos tantos ingresos... y tantos problemas.
El oro llegó a pagarse el lunes a 1.720 dólares la onza, cifra nunca vista. Los famosos "mercados", aterrados por la fragilidad de otras inversiones, hicieron como los conquistadores españoles: buscar oro. Puesto que lo producimos, es bueno que suba su precio, pese a que crea poco empleo. Pero resulta peligroso que la fiebre por desenterrarlo destruya zonas ecológicas irrecuperables y promueva más corrupción de la que ya ha sembrado.
La indignación de los santandereanos frenó un proyecto de gran minería en el páramo de Santurbán. Hay que imitarlos. Hay que indignarse, carajo...
No solo acecha el brazo de oro de multinacionales como MPX, a cuyo servicio trabajan hoy varios de los más destacados funcionarios del gobierno pasado. También acecha el brazo de carbón. Hace poco, María Jimena Duzán denunció cómo MPX, que tiene poderosos intereses en explotar y transportar carbón en el noreste de Colombia, se llevó de paseo a Brasil a "una veintena de autoridades locales de la Guajira y el Cesar". Había concejales, alcaldes, diputados y miembros de agencias ambientales. Los atendieron como príncipes. Les dieron de dormir, de comer, de beber y hasta de bailar en el carnaval. Con semejante hipoteca, ¿qué independencia pueden tener estos funcionarios a la hora de tomar decisiones relacionadas con sus generosos anfitriones? Hay que indignarse, carajo...
Miren el caso del pueblo guajiro de Cañaverales, donde MPX planea una explotación carbonífera que puede contaminar la villa. Un grupo de habitantes de Cañaverales se opuso a ello y su queja llegó a la etapa de conciliación. Daba grima ver en este acto, en representación de los intereses de la empresa, a personas que hasta hace un tiempo despachaban en el Ministerio de Ambiente. Hay que indignarse, carajo, como se están indignando en España, Israel...
El gobierno de Juan Manuel Santos considera que la gran minería es una locomotora. Ojo al tren, señor presidente, que lo mismo puede aportar ingresos valiosos que corromper con sutileza desde viceministros hasta concejales y arrasar la naturaleza, cuya propiedad es de nuestros hijos. Repase el balance histórico de la explotación internacional del oro en Colombia, lo que nos ha quitado y lo que nos ha dejado, y obre en consecuencia. Yo sugiero modestamente que una comisión de personas inmaculadas vigile el resplandeciente tinglado que se está montando.
ESQUIRLAS. 1) Es aterrador, por su descaro, el proyecto del presidente del Senado, señor Corzo, que blinda con varias capas de impunidad a los parlamentarios. ¿De dónde salen algunos de estos oscuros personajes que ocupan cargos antes reservados a prohombres? Muy pocos de los más recientes "dignatarios" (es un decir) están por encima de toda sospecha, y varios acabaron presos. Hay que indignarse, carajo... 2) ¿Ante quién responden las agencias de riesgo, capaces de reventar la economía mundial con una mera calificación? Asegura el columnista Paul Krugman que hace unos años Standard & Poor's otorgó máximas notas a papeles hipotecarios que luego trajeron la ruina a millones de personas. Al hundirse, la deleznable Lehman Brothers llevaba en el bolsillo una medalla de S&P. Hay que indignarse, carajo... 3) Son curiosos, casi insultantes, los nombres en español de estas agencias. Standard & Poor (Normal y Pobre) no es ni lo uno ni lo otro. En cuanto a Moody (Caprichosa), proclama su propia volubilidad. 4) La Selección Colombia es un símbolo nacional, que exige impecable conducta a quien vista su camiseta. 'Bolillo' Gómez no lo entendió. Tiene que irse.

miércoles, 10 de agosto de 2011

CARTA DE LA TIERRA


La  Carta  de la Tierra

P R E Á M B U L O

Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A
medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia lasgeneraciones futuras.

La Tierra, nuestro hogar

La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una
comunidad singular de vida. Las fuerzas de la naturaleza promueven a que la existencia sea una aventura
exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las condiciones esenciales para la evolución de la vida. La
capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la
preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y
animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio ambiente global, con sus recursos finitos, es una
preocupación común para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la
Tierra es un deber sagrado.

La situación global

Los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de
recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas. Los beneficios del
desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La
injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan por doquier y son la causa de
grandes sufrimientos. Un aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas
ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.

Los retos venideros

La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o
arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Se necesitan cambios
fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez
satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más.

Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos
sobre el medio ambiente. El surgimento de una sociedad civil global, está creando nuevas oportunidades para
construir un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y
espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones comprensivas.
Responsabilidad Universal

Para llevar a cabo estas aspiraciones, debemos tomar la decisión de vivir de acuerdo con un sentido de
responsabilidad universal, identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con nuestras
comunidades locales. Somos ciudadanos de diferentes naciones y de un solo mundo al mismo tiempo, en
donde los ámbitos local y global, se encuentran estrechamente vinculados. Todos compartimos una
responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia humana y del mundo viviente en su
amplitud. El espíritu de solidaridad humana y de afinidad con toda la vida se fortalece cuando vivimos con
reverencia ante el misterio del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar
que ocupa el ser humano en la naturaleza.

Necesitamos urgentemente una visión compartida sobre los valores básicos que brinden un fundamento ético para la comunidad mundial emergente. Por lo tanto, juntos y con una gran esperanza, afirmamos los siguientes
principios interdependientes, para una forma de vida sostenible, como un fundamento común mediante el cual se deberá guiar y valorar la conducta de las personas, organizaciones, empresas, gobiernos e instituciones transnacionales.

P R I N C I P I O S

I . RESPETO Y CUIDADO DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA

1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad
a. Reconocer que todos los seres son interdependientes y que toda forma de vida independientemente de su
utilidad, tiene valor para los seres humanos.
b. Afirmar la fe en la dignidad inherente a todos los seres humanos y en el potencial intelectual, artístico, ético y espiritual de la humanidad.

2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor.
a. Aceptar que el derecho a poseer, administrar y utilizar los recursos naturales conduce hacia el deber de prevenir daños ambientales y proteger los derechos de las personas.
b. Afirmar, que a mayor libertad, conocimiento y poder, se presenta una correspondiente responsabilidad por
promover el bien común.

3. Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas
a. Asegurar que las comunidades, a todo nivel, garanticen los derechos humanos y las libertades fundamentales y brinden a todos la oportunidad de desarrollar su pleno potencial.
b. Promover la justicia social y económica, posibilitando que todos alcancen un modo de vida seguro y digno, pero ecológicamente responsable.

4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y
futuras.
a. Reconocer que la libertad de acción de cada generación se encuentra condicionada por las necesidades de las generaciones futuras.
b. Transmitir a las futuras generaciones valores, tradiciones e instituciones, que apoyen la prosperidad a largo
plazo, de las comunidades humanas y ecológicas de la Tierra.

Para poder realizar estos cuatro compromisos generales, es necesario:

I I . INTEGRIDAD ECOLÓGICA

5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial
preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida.
a. Adoptar, a todo nivel, planes de desarrollo sostenible y regulaciones que permitan incluir la conservación y la rehabilitación ambientales, como parte integral de todas las iniciativas de desarrollo.
b. Establecer y salvaguardar reservas viables para la naturaleza y la biosfera, incluyendo tierras silvestres y áreas marinas, de modo que tiendan a proteger los sistemas de soporte a la vida de la Tierra, para mantener la biodiversidad y preservar nuestra herencia natural.
c. Promover la recuperación de especies y ecosistemas en peligro.
d. Controlar y erradicar los organismos exógenos o genéticamente modificados, que sean dañinos para las especies autóctonas y el medio ambiente; y además, prevenir la introducción de tales organismos dañinos.
e. Manejar el uso de recursos renovables como el agua, la tierra, los productos forestales y la vida marina, de
manera que no se excedan las posibilidades de regeneración y se proteja la salud de los ecosistemas.
f. Manejar la extracción y el uso de los recursos no renovables, tales como minerales y combustibles fósiles, de forma que se minimice su agotamiento y no se causen serios daños ambientales.

6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y cuando el conocimiento sea
limitado, proceder con precaución.
a. Tomar medidas para evitar la posibilidad de daños ambientales graves o irreversibles, aun cuando el
conocimiento científico sea incompleto o inconcluso.
b. Imponer las pruebas respectivas y hacer que las partes responsables asuman las consecuencias de reparar el daño ambiental, principalmente para quienes argumenten que una actividad propuesta no causará ningún daño significativo.
c. Asegurar que la toma de decisiones contemple las consecuencias acumulativas, a largo término, indirectas, de larga distancia y globales de las actividades humanas.
d. Prevenir la contaminación de cualquier parte del medio ambiente y no permitir la acumulación de sustancias
radioactivas, tóxicas u otras sustancias peligrosas.
e. Evitar actividades militares que dañen el medio ambiente.

7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.
a. Reducir, reutilizar y reciclar los materiales usados en los sistemas de producción y consumo y asegurar que los desechos residuales puedan ser asimilados por los sistemas ecológicos.
b. Actuar con moderación y eficiencia al utilizar energía y tratar de depender cada vez más de los recursos de
energía renovables, tales como la solar y eólica.
c. Promover el desarrollo, la adopción y la transferencia equitativa de tecnologías ambientalmente sanas.
d. Internalizar los costos ambientales y sociales totales de bienes y servicios en su precio de venta y posibilitar que los consumidores puedan identificar productos que cumplan con las más altas normas sociales y ambientales.
e. Asegurar el acceso universal al cuidado de la salud que fomente la salud reproductiva y la reproducción
responsable.
f. Adoptar formas de vida que pongan énfasis en la calidad de vida y en la suficiencia material en un mundo finito.

8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la
extensa aplicación del conocimiento adquirido
a. Apoyar la cooperación internacional científica y técnica sobre sostenibilidad, con especial atención a las
necesidades de las naciones en desarrollo.
b. Reconocer y preservar el conocimiento tradicional y la sabiduría espiritual en todas las culturas que contribuyen a la protección ambiental y al bienestar humano.
c. Asegurar que la información de vital importancia para la salud humana y la protección ambiental, incluyendo la información genética, esté disponible en el dominio público.

I I I . JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA

9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental
a. Garantizar el derecho al agua potable, al aire limpio, a la seguridad alimenticia, a la tierra no contaminada, a
una vivienda y a un saneamiento seguro, asignando los recursos nacionales e internacionales requeridos.
b. Habilitar a todos los seres humanos con la educación y con los recursos requeridos para que alcancen un modo de vida sostenible y proveer la seguridad social y las redes de apoyo requeridos para quienes no puedan mantenerse por sí mismos.
c. Reconocer a los ignorados, proteger a los vulnerables, servir a aquellos que sufren y posibilitar el desarrollo de sus capacidades y perseguir sus aspiraciones.

10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el
desarrollo humano de forma equitativa y sostenible.
a. Promover la distribución equitativa de la riqueza dentro de las naciones y entre ellas.
b. Intensificar los recursos intelectuales, financieros, técnicos y sociales de las naciones en desarrollo y liberarlas de onerosas deudas internacionales.
c. Asegurar que todo comercio apoye el uso sostenible de los recursos, la protección ambiental y las normas
laborales progresivas.
d. Involucrar e informar a las corporaciones multinacionales y a los organismos financieros internacionales para que actúen transparentemente por el bien público y exigirles responsabilidad por las consecuencias de sus actividades.

11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sostenible y
asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica.
a. Asegurar los derechos humanos de las mujeres y las niñas y terminar con toda la violencia contra ellas.
b. Promover la participación activa de las mujeres en todos los aspectos de la vida económica, política, cívica, social y cultural, como socias plenas e iguales en la toma de decisiones, como líderes y como beneficiarias.
c. Fortalecer las familias y garantizar la seguridad y la crianza amorosa de todos sus miembros.

12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la
dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de
los pueblos indígenas y las minorías.
a. Eliminar la discriminación en todas sus formas, tales como aquellas basadas en la raza, el color, el género, la orientación sexual, la religión, el idioma y el origen nacional, étnico o social.
b. Afirmar el derecho de los pueblos indígenas a su espiritualidad, conocimientos, tierras y recursos y a sus
prácticas vinculadas a un modo de vida sostenible.
c. Honrar y apoyar a los jóvenes de nuestras comunidades, habilitándolos para que ejerzan su papel esencial en la creación de sociedades sostenibles.
d. Proteger y restaurar lugares de importancia que tengan un significado cultural y espiritual.

IV. DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ

13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y
rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y
acceso a la justicia
a. Sostener el derecho de todos a recibir información clara y oportuna sobre asuntos ambientales, al igual que
sobre todos los planes y actividades de desarrollo que los pueda afectar o en los que tengan interés.
b. Apoyar la sociedad civil local, regional y global y promover la participación significativa de todos los individuos
y organizaciones interesados en la toma de decisiones.
c. Proteger los derechos a la libertad de opinión, expresión, reunión pacífica, asociación y disensión.
d. Instituir el acceso efectivo y eficiente de procedimientos administrativos y judiciales independientes, incluyendo
las soluciones y compensaciones por daños ambientales y por la amenaza de tales daños.
e. Eliminar la corrupción en todas las instituciones públicas y privadas.
f. Fortalecer las comunidades locales, habilitándolas para que puedan cuidar sus propios ambientes y asignar la responsabilidad ambiental en aquellos niveles de gobierno en donde puedan llevarse a cabo de manera más
efectiva.

14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el
conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible.
a. Brindar a todos, especialmente a los niños y los jóvenes, oportunidades educativas que les capaciten para
contribuir activamente al desarrollo sostenible.
b. Promover la contribución de las artes y de las humanidades, al igual que de las ciencias, para la educación sobre la sostenibilidad.
c. Intensificar el papel de los medios masivos de comunicación en la toma de conciencia sobre los retos ecológicos y sociales.
d. Reconocer la importancia de la educación moral y espiritual para una vida sostenible.

15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración
a. Prevenir la crueldad contra los animales que se mantengan en las sociedades humanas y protegerlos del
sufrimiento.
b. Proteger a los animales salvajes de métodos de caza, trampa y pesca, que les causen un sufrimiento extremo, prolongado o evitable.
c. Evitar o eliminar, hasta donde sea posible, la toma o destrucción de especies por simple diversión, negligencia o desconocimiento.

16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.
a. Alentar y apoyar la comprensión mutua, la solidaridad y la cooperación entre todos los pueblos tanto dentro como entre las naciones.
b. Implementar estrategias amplias y comprensivas para prevenir los conflictos violentos y utilizar la colaboración en la resolución de problemas para gestionar y resolver conflictos ambientales y otras disputas.
c. Desmilitarizar los sistemas nacionales de seguridad al nivel de una postura de defensa no provocativa y emplear los recursos militares para fines pacíficos, incluyendo la restauración ecológica.
d. Eliminar las armas nucleares, biológicas y tóxicas y otras armas de destrucción masiva.
e. Asegurar que el uso del espacio orbital y exterior apoye y se comprometa con la protección ambiental y la paz.
f. Reconocer que la paz es la integridad creada por relaciones correctas con uno mismo, otras personas, otras culturas, otras formas de vida, la Tierra y con el todo más grande, del cual somos parte.

EL CAMINO HACIA ADELANTE

Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo. Tal
renovación es la promesa de estos principios de la Carta de la Tierra. Para cumplir esta promesa, debemos
comprometernos a adoptar y promover los valores y objetivos en ella expuestos.

El proceso requerirá un cambio de mentalidad y de corazón; requiere también de un nuevo sentido de
interdependencia global y responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global. Nuestra diversidad cultural es una herencia preciosa y las diferentes culturas encontrarán sus propias formas para concretar lo establecido. Debemos profundizar y ampliar el diálogo global que generó la Carta de la Tierra, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda colaboradora de la verdad y la sabiduría.

La vida a menudo conduce a tensiones entre valores importantes. Ello puede implicar decisiones difíciles; sin
embargo, se debe buscar la manera de armonizar la diversidad con la unidad; el ejercicio de la libertad con el bien común; los objetivos de corto plazo con las metas a largo plazo. Todo individuo, familia, organización y
comunidad, tiene un papel vital que cumplir. Las artes, las ciencias, las religiones, las instituciones educativas, los medios de comunicación, las empresas, las organizaciones no gubernamentales y los gobiernos, están llamados a ofrecer un liderazgo creativo. La alianza entre gobiernos, sociedad civil y empresas, es esencial para la gobernabilidad efectiva.

Con el objeto de construir una comunidad global sostenible, las naciones del mundo deben renovar su
compromiso con las Naciones Unidas, cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales existentes y apoyar la implementación de los principios de la Carta de la Tierra, por medio de un instrumento internacional legalmente vinculante sobre medio ambiente y desarrollo.

Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida.

martes, 8 de marzo de 2011

Que percepción tenemos sobre el "DIA DE LA MUJER" ??????

Santiago Gamboa

Hoy parece increíble, pero no hace mucho la mujer era un ciudadano de segunda sin derecho al voto, sin igualdad laboral ni por supuesto salarial, que no podía ocupar cargos públicos, sin igualdad ante la justicia y, sobre todo, sin derecho a decidir su propio destino. Es bueno recordar estas cosas y ver que, de cualquier modo, en una sociedad como la nuestra, no todas las mujeres han accedido a estos derechos. El machismo es una tradición muy arraigada, y no sólo en sectores con poca educación. Basta oír hablar. Insultos como “¡Sea varón!” o conceptos como “hombría” significando nobleza o valor, son evidencias de algo que está inmerso en la psique, en el discurso cotidiano de muchos. Y qué decir del folclor.

Es lamentable echar un vistazo a las canciones populares que, en festivales, ferias y fiestas, la gente corea con ojos quebrados, sintiendo la “colombianidad” revolverse en sus venas. La verdad es que las letras dan vergüenza ajena. Muchas celebran la maravilla de ser colombiano (o cartagenero, o paisa, o caleño, o vallenato) y, entre los atributos de esa suprema gracia, junto a los paisajes y la comida, está “la belleza de nuestras mujeres”, como si ellas no fueran también ciudadanas sino una cualidad o un adorno del país. Como las orquídeas. La misma sensación de ridículo me invade al escuchar la letra de nuestro himno, cuando dice “Comprende las palabras / del que murió en la cruz”, como si todos los colombianos fuéramos católicos y no hubiera judíos, musulmanes, animistas o agnósticos.

Viví el feminismo a mediados de los ochenta, en Madrid, cuando estudiaba filología en la Universidad Complutense. Mi novia, una española muy de izquierda, me impidió acompañarla a una manifestación por los derechos de las mujeres, diciendo: “¡Pero tío, dejadnos hacer algo solas!”. Me alcé de hombros y no fui, a pesar de que ya tenía lista la pancarta. Lo curioso es que una semana después ella sí vino a la manifestación a favor de los inmigrantes. Se lo mencioné: “Pero tú no eres inmigrante, ¿no?”, a lo cual ella contestó, “joder, ¡es que no te enteras de nada!”, y la verdad es que lo pasé muy bien con ella, porque lo mejor y más noble de las luchas por los derechos sociales es apoyar no sólo las que nos conciernen sino todas, incluso aquellas que nos desagradan. Estar dispuesto, por ejemplo, a manifestar a favor de los derechos democráticos de la ultra derecha (tal vez así dejaría de ser conspirativa).

En cuanto a las mujeres en la vida pública —notable, por cierto, la gestión de Viviane Morales en la Fiscalía—, hay progresos, pero no sobra recordar la frase de Edith Cresson, primera mujer nombrada primer ministro de Francia (1991), quien dijo: “Habrá igualdad con los hombres cuando se nombre en un cargo importante del Estado a una incompetente”.

Un buen modo de celebrar el 8 de marzo puede ser leyendo a Karen Blixen, una escritora que debió ponerse un nombre de hombre (Isak Dinesen) para ser publicada. Les recomiendo, además de su excelente Memorias de África, sus cartas. En ellas está la más bella definición de nostalgia que he leído: “Cada día de mi vida, donde quiera que me encuentre, me preguntaré si está lloviendo en Ngong”.
Catalina Ruiz-Navarro

No sé quién se inventó que a todas las mujeres les gustan las rosas, como si fuéramos una categoría homogénea, como las vacas, a las que les gusta el pasto. Esto es lo que más me irrita del Día de la Mujer. En el Día de la Mujer las empresas reparten flores, la Alcaldía hace concierto gratis de vallenato romántico con Adriana Lucía y las emisoras hablan de “la belleza de la mujer colombiana”.

No es que el Día de la Mujer esté mal per se, de hecho, me parece que su celebración, como se concibió originalmente, es muy válida. El Día de la Mujer nació a finales del siglo XIX, durante la Revolución Industrial, y se empezó a celebrar en el siglo XX como una conmemoración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos. El Día, en principio celebra el trabajo de esas mujeres que lucharon porque hoy podamos votar, tener cuentas bancarias, planificar, usar pantalones, trabajar y hasta escribir en este periódico, luchas que se dieron a pulso y por las que toda colombiana debe estar agradecida. El Día de la Mujer es conmemorativo de la fuerza de las mujeres, eso es hermoso, valiente, y sin embargo la celebración de las instituciones y algunos ciudadanos de a pie suele ser blandenguería.

Yo me he encontrado los 8 de marzo recibiendo comentarios como “gracias por ser mujer”, cosa que nadie tiene que agradecerme, y con alusiones al amor, a la dulzura, a las madres, al “ni con el pétalo de una rosa” cuando yo quiero que me hablen de Cleopatra, de Isabel I, Susan B. Anthony (una de las pioneras en la lucha de los derechos de la mujer), Louisa May Alcott (la autora de Mujercitas, que también fue una aguerrida sufragista), Orlan (la performista que se hace cirugías en el cuerpo), o para no ir más lejos de María Cano: primera mujer líder política en Colombia que entre otras cosas dirigió la lucha por los derechos civiles fundamentales de la población y por los derechos de los trabajadores asalariados, encabezó la convocatoria y agitación de las huelgas obreras, colaboró en la difusión de las ideas socialistas y participó en forma decisiva en la fundación del Partido Socialista Revolucionario.

La manera en que celebramos el Día de la Mujer hace énfasis en la dicotomía entre hombres y mujeres: las mujeres son musas, no autores, son suaves, no fuertes, son delicadas y no resistentes, son emocionales y no racionales, una dicotomía que es una trampa y sólo existe en imaginarios pasados de moda. Los autores, los fuertes, los resistentes, los racionales, los valientes, son hombres y mujeres y esto es lo que trataban de demostrar las mujeres y los hombres que han luchado por los derechos del sexo femenino.

El Día de la Mujer se desvía, se olvida de lo que realmente debe celebrar y da pie para que uno escuche barbaridades como “ellas también son capaces” y para reforzar las caricaturas de género que tanto daño le hacen a todos. Si vamos a celebrarlo, creo que es importante hacer un esfuerzo para que quede claro qué es lo que recordamos el 8 de marzo; de otra manera se lo tomará la banalización comercial, olvidaremos su propósito, y terminaremos celebrando a las mujeres “por haber nacido”.
Elespectador.com| Elespectador.c

sábado, 26 de febrero de 2011

La minería en Colombia un atentado contra todos.

¿Por qué no a Greystar?
Ayer, gracias a Greystar Resources, nos unimos para caminar y defendernos del crimen ecológico que dicha multinacional pretende cometer en nuestro santo territorio, con la aquiescencia de la locomotora minera del gobierno que viola sus propias normas para dejarnos, por un puñado de dólares, mortalmente enfermos producto del envenenamiento del agua y la tierra. Veamos un resumen de lo que implica esta tentativa de acabar con los santandereanos:

El páramo de Santurbán tiene una antigüedad de 7 millones de años y es una fuente hídrica en donde nacen ríos y arroyos que abastecen de agua a Bucaramanga, Cúcuta y otros 21 municipios de Santander. En total, a 2,2 millones de habitantes. La explotación del oro afectaría el embalse de Bucaramanga y pone en riesgo el río Suratá por los altos niveles de contaminación.

Según la Defensoría del Pueblo, este proyecto utilizaría 1.200 toneladas de cianuro cada mes, 7.000 toneladas de Anfo y 4.680 toneladas de emulsión. Además, la Greystar con su explotación afectaría el 12,1% del caudal de la cuenca del río Vetas y el 2,5 % del río Suratá, que es la principal fuente de abastecimiento del acueducto metropolitano de Bucaramanga y podría verse afectado además por vertimientos industriales como cianuro, combustibles y lodos, entre otros.

Según cálculos estimados por "Razón Pública", el proyecto de la canadiense produciría cada 7.3 días, la basura que genera Bogotá en todo un año. Para "Reclame", este proyecto implica el ingreso a Colombia de «la actividad industrial más contaminante del planeta, pues además de acabar con la capa vegetal y los acuíferos superficiales y subterráneos, la minería de oro a cielo abierto no puede funcionar sin el uso de sustancias contaminantes, en particular el cianuro, considerado como uno de los principales contaminantes en el mundo».

Para la Defensoría el proyecto «podría vulnerar los tratados internacionales de derechos humanos relacionados con el manejo y aprovechamiento racional de los recursos naturales, el derecho humano al agua, el goce de un ambiente sano, el equilibrio ecológico, el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y la conservación de áreas de especial importancia ecológica, entre otros».

Por estas, y muchas razones más, las normas en Colombia son claras: la ley 1382 de 2010 excluye las explotaciones mineras en los páramos. De manera que lo que hoy pedimos los santandereanos no es un favor, ni un capricho, es que el gobierno cumpla la ley y nos preserve la existencia porque el agua es vida y el oro no vale nada.
Publicada por
Jairo Martinez
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viernes, 25 de febrero de 2011

Género: La mujer hoy.

Las mujeres egipcias reivindican su lugar en la revolución
Una ola de optimismo se extiende entre las organizaciones feministas egipcias, tras la participación masiva de mujeres en la revolución popular. La experiencia de libertad vivida en la plaza de Tahrir y la posibilidad de involucrarse desde un principio en las movilizaciones, a través de una plataforma segura como es internet, son algunas de las causas que se esconden detrás de esta nueva situación.

Foto de Elhamalawy en: http://www.flickr.com/photos/elhamalawy/
“La gente oprimida siempre busca a alguien de quien poder abusar y oprimir. Ahora, por primera vez en 40 años, esa misma gente ha probado el sabor de la libertad. Los hombres no van a volver a tocar a una mujer”, con estas palabras explica Azza Kamel, militante feminista y escritora, lo que para ella han supuesto 20 días de revolución en la mentalidad de los egipcios. Algo que alcanzó su máxima expresión en el campamento de la plaza de Tahrir, donde “la mujer se sentía libre. Cada vez que un hombre tocaba involuntariamente a una mujer, éste se disculpaba. Lo nunca visto…”. Algo que puede parecer extraño, y que no lo es tanto en un país en el que, según un estudio del año 2008 del Centro egipcio para los derechos de la mujeres, cuatro de cada cinco mujeres han sido asaltadas sexualmente alguna vez en su vida.
Lo cierto es que internet está repleto de imágenes de cientos de mujeres acampadas en la plaza de Tahrir, enfrentándose a la policía o encabezando manifestaciones. Según diversos colectivos feministas, “lo que habitualemente suponía una participación de la mujer de un 10%, en esta ocasión se sitúa entre un 40 o 50% de los manifestantes en los días previos a la marcha de Mubarak”. Todo un cambio en un país donde en el año 2010 hubo más de 300 huelgas de carácter laboral.
Un cambio evidente
“Evidentemente, Egipto sigue siendo una sociedad pratiarcal, y ciertos valores siguen estando lo suficientemente enraizados como para permanecer tras una protesta tan innovadora como la del 25 de enero”, reconoce Amal Abdel Hady, de la Fundación Nueva Mujer, tratando de mantener los pies en el suelo ante ese presunto cambio en la mentalidad de la sociedad egipcia. No obstante, durante estos días se han visto cosas impensables hasta ahora, “mujeres que lideran grandes protestas en confraternización con los hombres, rezos conjuntos, sin que ellas tengan que ponerse detrás, o gente de ambos sexos durmiendo bajo la misma tienda, sin que siquiera se conozcan”, continua Abdel Hady.
Al mismo tiempo, tanto hombres como mujeres fueron de la mano en la preparación de las movilizaciones. El hecho de que internet fuera el medio por el que se extendió la idea de una gran movilización, “ofrecía una plataforma segura para las mujeres, donde no sentían ningún tipo de miedo a las consecuencias que, hasta entonces, solían tener las grandes concentraciones de personas”, afirma Mozn Hassan, directora del Centro de estudios feministas Nasra. Según esta veterana activista, una vez las manifestaciones estaban lanzadas “la transición a la participación física en las manifestaciones fue mucho más fácil”.
Nuevo escenario
Una vez la gente ha abandonado la calle, a la espera de ver cómo transcurren los acontecimientos en torno al nuevo poder militar, se abre una etapa clave en la participación política y social de la mujer. Para la Fundación Nueva Mujer, la mayor preocupación es que “el hecho de que las mujeres no estuvieran organizadas durante las protestas, con unas exigencias de derechos específicos en mente, puede suponer que se las vuelva a ignorar en esta etapa post-Mubarak”, como históricamente ha sucedido en Egipto.
Con objeto de dar luz pública al papel de la mujer en todo el proceso de revolución, desde dicha fundación se han propuesto recoger testimonios de mujeres que han participado en los 18 días de movilización. Con ello, pretenden “mantener a esas mujeres en la lucha por el cambio”, en tanto que para muchas de ellas esta era la primera ocasión en la que hacían activismo político. No obstante, “hasta el momento ningún grupo, ni siquiera aquellos liderados por jóvenes, han luchado activamente por que se escuche la voz de la mujer”, concluyen desde la Fundación Nueva Mujer.